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viernes, 28 de marzo de 2014

¿Los profesores me tienen manía?

¿A quién no le ha pasado alguna vez encontrarse con un profesor que, sin motivo aparente, nos ha cogido manía? Seguro que tú también has experimentado esa sensación. Dar con un profesor que parece escogerte siempre a ti para salir a la pizarra y resolver el ejercicio más complicado o que siempre tiene algún motivo para recriminarte o bajarte la nota. Pero.... ¿Es tan sólo tu impresión o realmente existen los profesores que cogen manía a un alumno?
En primer lugar no se nos puede olvidar que los profesores son personas, y aunque parezca evidente, también tienen sus virtudes y sus defectos. Y entre esos defectos se encuentra la imposibilidad de que el 100% de los habitantes de este mundo les agraden. Incluso tú seguro que tienes también tus preferencias y gente que no te cae especialmente bien. Llámalo biología o simplemente afinidad, pero el caso es que es tarea imposible poner siempre una sonrisa sin distinguir quien está en frente.
Sin embargo es cierto que los profesores, como una parte fundamental de la educación que son, deberían de poner especial cuidado en dejar entrever los alumnos que les caen en gracia y los que no. Especialmente por las consecuencias negativas que puede traer, como la inseguridad o el desánimo en aquellos alumnos que sientan que les ha cogido manía.
Por otra parte, si crees que te encuentras en esta situación deberías reflexionar sobre el por qué de ella. ¿Muestras atención en clase o interés por su asignatura? ¿O eres de los que es imposible callar, nunca trae los deberes hechos y molesta en clase? Recurrir a la frase "el profesor me tiene manía" es tan socorrido que muchas veces tendemos a olvidar que puede que nosotros estemos haciendo también algo mal.
Un examen se puede corregir más o menos duro, pero tienes que creer que detrás de la mayoría de los exámenes no se esconde un profesor al que le caes mal. Por tanto si crees que tu profesor te ha cogido manía piensa si de verdad no lo has exagerado y, si no es así, intenta que no te afecte (en estos casos mostrarse indiferente a la situación suele ser lo mejor) o ponerle remedio ya sea mediante una tutoría (con el fin de que te explique sin "tapujos" el por qué de su actitud ) o mostrando un mejor comportamiento.
De todos modos, no le des mucha importancia. Al fin y al cabo... ¡No puedes caerle bien a todo el mundo!

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